El lagarto alicante es un reptil de tamaño mediano, con una longitud corporal que oscila entre 20 y 35 cm, incluyendo la cola. Los machos son generalmente más grandes que las hembras. Presenta una gran variabilidad de colores, desde marrón grisáceo hasta verde oliva, con manchas negras o marrones en el dorso y el vientre de color blanco. Sus escamas son lisas y brillantes, con una quilla dorsal bien definida. La cabeza es pequeña y triangular, con un hocico corto y puntiagudo. Los ojos son grandes y redondos, con pupilas verticales. Las patas son robustas y fuertes, con cinco dedos en cada pata. La cola es larga y delgada, pudiendo llegar a ser hasta dos veces la longitud del cuerpo.
El comportamiento del lagarto alicante es diurno, siendo más activo durante las horas soleadas. Es un animal solitario y territorial, que defiende su territorio de otros lagartos. Su dieta es omnívora, alimentándose principalmente de insectos, pero también de pequeños reptiles, anfibios, frutos y flores. Es ovíparo, y las hembras ponen entre 4 y 8 huevos que incuban durante aproximadamente 60 días.
En cuanto a su hábitat, el lagarto alicante prefiere bosques mediterráneos, aunque también se encuentra en matorrales, zonas rocosas y áreas agrícolas. Esta especie es endémica de la Península Ibérica, habitando principalmente en el sureste de España, en las comunidades autónomas de Valencia, Murcia y Andalucía.
El lagarto alicante juega un papel crucial en el mantenimiento del equilibrio ecológico de los ambientes donde habita. Como depredador generalista, se alimenta de una amplia variedad de insectos, arácnidos, pequeños reptiles y anfibios, incluyendo especies consideradas plagas, como moscas, mosquitos, saltamontes y escarabajos, ayudando a controlar sus poblaciones y prevenir daños a los cultivos y a la salud humana. Además, es una fuente de alimento para diversas especies, como aves rapaces, serpientes, mamíferos carnívoros y otros lagartos más grandes, formando parte de la cadena alimenticia y contribuyendo al flujo de energía y nutrientes en el ecosistema.
El lagarto alicante también actúa como dispersor de semillas, ya que las semillas de algunas plantas se adhieren a su piel durante sus desplazamientos, siendo dispersadas a diferentes lugares, lo que favorece la reproducción y colonización de nuevas áreas por estas plantas. Su presencia en un ecosistema puede ser un indicador de la salud ambiental, sugiriendo que el hábitat está en buen estado y que hay una variedad de presas disponibles. Es considerado una especie clave, ya que su presencia tiene un impacto significativo en la estructura y función del ecosistema, y su eliminación podría tener consecuencias negativas en cascada para otras especies y para el ecosistema en general.
En cuanto a su estado de conservación, el lagarto alicante está catalogado por la UICN como una especie de menor preocupación. Sin embargo, enfrenta amenazas como la pérdida y fragmentación del hábitat, el uso de pesticidas y los incendios forestales. La conservación de esta especie y su hábitat es esencial para mantener el equilibrio y la salud de los ecosistemas mediterráneos en los que vive.
Comentários