Sikkim, el pintoresco estado del noreste de la India, se encuentra sumido en la tragedia después de que las inundaciones devastadoras cobraran la vida de 73 personas y dejaran más de 140 desaparecidas. Las fuertes lluvias y el desbordamiento del lago Lhonak desencadenaron una catástrofe sin precedentes, destruyendo viviendas y dejando a miles de personas en peligro.
Las operaciones de búsqueda y rescate enfrentan desafíos monumentales debido al clima implacable. A pesar de los esfuerzos incansables, las condiciones climáticas adversas han suspendido las operaciones en Lachen y Lachung, dejando a cerca de 3,000 turistas varados. Los equipos de rescate se enfrentan a dificultades para transportar a las personas afectadas debido a las continuas lluvias y el mal tiempo.
Las pérdidas son insondables: 1,170 casas dañadas, 2,565 personas afectadas y 2,500 rescatadas. El gobierno ha establecido 22 campamentos que albergan a 6,873 personas afectadas por esta tragedia sin sentido.
Esta inundación, desencadenada por el deshielo de un glaciar que provocó el desbordamiento del río Teesta, resalta la vulnerabilidad de la región ante la crisis climática. La solidaridad internacional es crucial en este momento crítico. La India se enfrenta a una crisis humanitaria, y es responsabilidad de todos nosotros unirnos para apoyar a las personas afectadas y trabajar incansablemente para prevenir futuras tragedias de esta magnitud. En esta hora más oscura, la humanidad debe mostrar su compasión y solidaridad para ayudar a Sikkim a sanar y reconstruir.
Por Eduardo Torres
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