Las tortugas bicéfalas pueden tener dos cuellos, dos espinas dorsales o una sola espina dorsal bifurcada, y dos o tres conjuntos de órganos internos. Cada cabeza puede tener su propio cerebro y actuar de manera independiente, lo que puede generar desafíos, ya que las dos cabezas pueden querer moverse en direcciones diferentes o comer a ritmos distintos.
La bicefalia ocurre cuando un embrión se desarrolla como gemelos idénticos, pero estos no se separan completamente. En el caso de las tortugas, esto significa que dos cabezas terminan compartiendo un solo cuerpo. La bicefalia en las tortugas puede deberse a una anomalía genética durante el desarrollo embrionario, y puede surgir por factores genéticos, ambientales o una combinación de ambos.
Esta condición es más común en algunas especies de tortugas que en otras, particularmente en aquellas que ponen huevos con cáscaras blandas. Aunque las tortugas bicéfalas representan una anomalía fascinante, es fundamental reconocer que son el resultado de un desarrollo defectuoso. No se deben criar intencionalmente.
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INVESTIGACIÓN: MVZ ELSA DIÉGUEZ B.
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