Estados Unidos está intensificando sus esfuerzos para frenar el avance tecnológico de China, según la secretaria de Comercio estadounidense, Gina Raimondo. Se planea endurecer las leyes para limitar la adquisición de microchips y semiconductores por parte de China, especialmente aquellos que puedan ser utilizados en el desarrollo de armas con inteligencia artificial.
Raimondo explicó que estas medidas están diseñadas para controlar el acceso a la potencia de cómputo, ralentizando así el progreso de los modelos de próxima generación en China. Según la Secretaria de Comercio, estos chips podrían ser empleados de maneras que amenacen a Estados Unidos y sus aliados, especialmente en el ámbito militar y de modernización.
La intención de Estados Unidos es restringir los envíos de chips estadounidenses que consideren demasiado potentes. Además, las empresas que deseen exportar chips de inteligencia artificial a China u otras regiones deberán notificar al gobierno estadounidense, marcando un nuevo nivel de control sobre la tecnología sensible.
Aunque Raimondo asegura que estas restricciones solo afectarán una pequeña fracción de las exportaciones de chips a China, los expertos internacionales advierten sobre el aumento significativo en la capacidad militar china. Algunos creen que estas restricciones podrían tener el efecto contrario, acelerando el desarrollo tecnológico en China, convirtiéndola rápidamente en una potencia tecnológica global.
Este enfrentamiento en el mundo de los semiconductores refleja la lucha por la supremacía tecnológica, una batalla que está lejos de terminar y que continuará dando forma al equilibrio de poder en el escenario mundial.
Por Gonzalo De la Calle
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