“Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado, para que todo aquel que en él cree no se pierda, más tenga vida eterna”. Juan 3:14-15
La serpiente es el animal considerado más impuro en las Sagradas Escrituras.
El acontecimiento más importante en el que aparece es en la Tentación de Adán y Eva durante su estancia en el Edén, cuando los incito a conocer el árbol del bien y del mal, lo cual los llevo a la expulsión del paraíso.
En el Antiguo Testamento cuando la serpiente se hace presente en el jardín del Edén representa la tentación, el pecado original y la caída del hombre, sin embargo, la serpiente de bronce le es concedida al pueblo de Dios por arrepentirse por su falta de fe, por lo que cuando aparece en el desierto, representa la curación y redención a través de la fe en Dios.
DURANTE LA SEMANA SANTA en la procesión del Viernes Santo, la serpiente simboliza el pecado y la muerte, que Cristo venció con su sacrificio.
En la representación del Calvario, podemos encontrar a la serpiente junto a la cruz simbolizando las fuerzas del mal que Jesús derrotó y como la representación del pecado y las fuerzas del mal que se oponen a Dios.
La serpiente en la Semana Santa nos invita a reflexionar sobre la naturaleza del pecado, la tentación y la lucha entre el bien y el mal. También nos recuerda la victoria de Cristo sobre la muerte y el pecado, la esperanza de la redención.
Escrito por: Mtra. en Historia del Arte. Elsa Diéguez B. diebelsa@hotmail.com
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