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Rana Tarahumara: Una joya mexicana al borde de la extinción.

La rana tarahumara, también conocida como rana cuajo o rana de la Sierra Tarahumara, es una especie de anfibio anuro de la familia Ranidae. Habita en arroyos y piletas, bosques de encino, bosques mixtos de encino y pino, y matorrales espinosos del monte tropical. Depende de cuerpos de agua permanentes para su reproducción y se encuentra entre los 457 y 1829 metros sobre el nivel del mar. Históricamente, habitaba en el sur de Arizona y Estados Unidos, pero se declaró extinta regionalmente desde principios de la década de 1980. En México, habita en el oeste de la Sierra Madre Occidental, en el este de Sonora, oeste de Chihuahua y este de Sinaloa, con presencia incierta en el oeste de Durango, norte de Jalisco y suroeste de Aguascalientes.

rana

La rana tarahumara es de tamaño mediano, con cuerpo alargado y esbelto que puede alcanzar hasta 7 centímetros de longitud. Su dorso es marrón con pequeñas manchas negras o marrones, y tiene barras blancas en las patas delanteras y traseras. Su vientre es blanco, y la garganta y pecho pueden ser grises con un patrón indefinido de melanóforos (células pigmentarias). Cuenta con glándulas paratiroides verrugosas detrás de los ojos que le son útiles en el mecanismo de defensa al producir una toxina potente que disuade a los depredadores.


La rana tarahumara juega un papel importante en el ecosistema. Como depredadora, se alimenta de una variedad de invertebrados, como insectos, arañas, caracoles y gusanos, ayudando a controlar las poblaciones de estas presas y manteniendo el equilibrio en el ecosistema. A su vez, es una fuente de alimento para serpientes, aves, mamíferos pequeños y otros depredadores, contribuyendo a la diversidad y riqueza de la cadena alimenticia. La rana tarahumara es sensible a la contaminación del agua, ya que deposita sus huevos y renacuajos en arroyos y cuerpos de agua, y su presencia o ausencia puede ser un indicador de la calidad del agua en un ecosistema. También puede ser utilizada como especie bioindicadora para monitorear el cambio climático y otros cambios ambientales, ya que su distribución y abundancia pueden verse afectadas por estos factores.


En el ciclo de nutrientes, los desechos de la rana tarahumara contribuyen a la descomposición de materia orgánica y al reciclaje de nutrientes en el ecosistema. Al ser consumida por otros animales, transfiere nutrientes a lo largo de la cadena trófica, contribuyendo al flujo de energía y materia en el ecosistema. Esta especie de rana endémica de México enfrenta la pérdida de hábitat y la contaminación del agua, lo que la coloca en peligro crítico de extinción.


MVZ ESP: Elsa Diéguez B.

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