En las últimas cinco décadas, un enemigo invisible ha estado diezmando a las poblaciones de anfibios en todo el mundo: la quitridiomicosis. Esta enfermedad fúngica, causada por el hongo Batrachochytrium dendrobatidis, ha provocado la extinción o el declive drástico de más de 500 especies en más de 60 países, incluido México.
El hongo infecta la piel de los anfibios, alterando su equilibrio osmótico y causando la muerte. La enfermedad se propaga fácilmente a través del agua y el contacto entre anfibios, convirtiéndose en una amenaza grave para su supervivencia. En México, la quitridiomicosis se detectó por primera vez en las décadas de 1970 y 1980, afectando a las salamandras en Oaxaca, Hidalgo y Veracruz. Hoy, la enfermedad está presente en todo el país, afectando tanto a la fauna silvestre como a la de producción.
Se estima que más del 30% de las especies de anfibios en México están en riesgo de extinción debido a esta enfermedad. Los signos de la quitridiomicosis incluyen letargo, mala coordinación muscular, parálisis, pérdida de la respuesta de huida y la muerte debido a un desequilibrio en el intercambio de iones a través de la piel. Para identificar oportunamente la enfermedad, las autoridades mexicanas recomiendan observar cambios en el comportamiento de los anfibios, realizar monitoreos exhaustivos de las unidades de insumo biológico de rana toro y aplicar buenas prácticas de producción acuícola.
Es urgente tomar medidas para proteger a los anfibios, esenciales para el equilibrio de los ecosistemas. La investigación científica, la conservación de hábitats y la educación ambiental son claves para combatir esta crisis y evitar la extinción de estas fascinantes criaturas.
MVZ ESPECIALISTA ELSA DIÉGUEZ B
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