La zarigüeya lanuda (Caluromys derbianus), también conocida como tlacuache dorado, es una especie de mamífero marsupial que se encuentra principalmente en las selvas tropicales de México y Centroamérica. Esta especie es notable por su pelaje denso y suave, que varía en color desde un gris claro hasta un marrón oscuro, con un vientre de tono más claro, casi blanco.
Su tamaño corporal oscila entre 10 y 15 cm de longitud, con cola que puede medir hasta 12 cm adicionales, lo que la hace ligeramente más larga que su cuerpo. El peso de un adulto varía entre 150 y 200 gramos.
El pelaje es una de sus características más distintivas. Es denso, suave y, como su nombre indica, lanudo. Este pelaje le proporciona aislamiento en los ambientes húmedos y frescos de las selvas tropicales. Su cola, a diferencia de muchas otras especies de zarigüeyas, es también peluda y comparte el color del cuerpo, lo que le permite balancearse y agarrarse a las ramas mientras se mueve por los árboles.
La zarigüeya lanuda tiene orejas pequeñas y redondeadas, ojos grandes adaptados para la visión nocturna y patas cortas pero fuertes, que le permiten excavar y moverse con agilidad entre la vegetación densa. Estas características físicas están bien adaptadas para su vida arbórea y nocturna, permitiéndole moverse eficazmente en su hábitat natural.
La zarigüeya lanuda habita en diferentes entornos, desde selvas tropicales de tierras bajas hasta bosques montañosos, a altitudes que pueden llegar hasta los 2.460 metros sobre el nivel del mar. Se distribuye por la vertiente atlántica del sur de México (excluyendo la península de Yucatán), y se extiende a través de Guatemala, Belice, Honduras, Nicaragua, Costa Rica, Panamá, y partes de Colombia, Venezuela y Ecuador en la vertiente del Pacífico. Este amplio rango de distribución refleja su adaptabilidad a diferentes tipos de bosque, aunque siempre prefiere ambientes con una alta densidad de árboles y vegetación.
La zarigüeya lanuda es una especie omnívora, con una dieta que incluye frutas, hojas, néctar, insectos y pequeños invertebrados. Su papel como dispersora de semillas es fundamental para la regeneración de los bosques donde habita, ya que, al consumir frutas, excreta las semillas en diferentes lugares, promoviendo la diversidad vegetal. Además, su consumo de insectos contribuye a controlar las poblaciones de estos invertebrados, lo que ayuda a mantener el equilibrio ecológico en su entorno.
La zarigüeya lanuda es principalmente nocturna y arbórea, lo que significa que pasa la mayor parte de su vida en los árboles y está más activa durante la noche. Su comportamiento arborícola es facilitado por su cola prensil, que utiliza como una quinta extremidad para agarrarse a las ramas y mantener el equilibrio. Durante el día, tiende a descansar en nidos que construye en cavidades de árboles o entre la densa vegetación, utilizando materiales como hojas y ramas para crear un refugio seguro.
En el ecosistema, la zarigüeya lanuda desempeña un papel crucial no solo como dispersora de semillas, sino también como controladora de plagas. Su presencia en los bosques es indicativa de un ecosistema saludable, y su ausencia puede ser un signo de degradación ambiental. Su capacidad para sobrevivir en una variedad de hábitats también la convierte en una especie clave para la biodiversidad de las regiones donde se encuentra.
Actualmente, la zarigüeya lanuda está clasificada como una especie vulnerable debido a la pérdida de su hábitat natural, que se debe principalmente a la deforestación y la expansión de la agricultura. La caza furtiva también representa una amenaza significativa, aunque en menor medida. La conservación de esta especie es crucial, y requiere esfuerzos coordinados para proteger sus hábitats y mitigar las amenazas humanas.
Las estrategias de conservación incluyen la creación de áreas protegidas y la implementación de prácticas agrícolas sostenibles que minimicen la destrucción de los bosques tropicales. Estos esfuerzos son esenciales para asegurar la supervivencia de la zarigüeya lanuda y la preservación de su papel vital en los ecosistemas tropicales de América Latina.
MVZ ESPECIALISTA ELSA DIÉGUEZ B.
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