El Oumuamua fue un objeto que se detectó en nuestro sistema solar en el año 2017, que ha causado mucha controversia desde su aparición. Varios telescopios siguieron su trayectoria durante tres noches hasta que dejó de ser visible. Lleva ese nombre debido a que significa "mensajero de lejos que llega primero" en hawaiano.
Oumuamua era muy esbelta, entre 100 y 1.000 metros de largo, y unos 35 metros de ancho y espesor. Su forma de cigarro no se parece a ningún asteroide o cometa observado previamente en el sistema solar. Su órbita hiperbólica sugiere que no está limitado por la gravedad del Sol, lo que confirma su origen extrasolar. Aproximadamente una vez cada 7,3 horas con cambios significativos en el brillo que indican movimiento de rotación.
Originalmente se pensó que estaba compuesto de roca y metal, pero la falta de una coma visible (la nube de gas y polvo que rodea al cometa) generó debate. El análisis espectral mostró que tiene un color rojizo, similar al color de los objetos del sistema solar exterior, posiblemente debido a la influencia de los rayos cósmicos. Uno de los aspectos más interesantes de Oumuamua es su inesperada aceleración cuando sale del sistema solar. Esta aceleración no puede explicarse completamente sólo por la gravedad, lo que lleva a varias hipótesis, incluidas salidas de gases (como los cometas) u otras posibilidades no gravitacionales.
Debido a que este objeto acelera y no tenía un movimiento regular se especuló que se podría tratar de una nave espacial, muchos científicos rápidamente descartaron está teoría y anunciaron que se trataba de un cometa inusual. Según un modelo desarrollado por Jennifer Bergner y Darryl Seligman de la Universidad de California, la aceleración de Oumuamua se debe a la liberación de hidrógeno molecular atrapado en el objeto. Este hidrógeno se forma mediante el procesamiento energético del hielo rico en agua a medida que el objeto se acerca al Sol, y luego se libera del objeto a medida que se curva ligeramente a través del Sistema Solar.
Sin embargo Avi Loeb dijo lo contrario, el astrónomo y profesor de física teórica de la Universidad de Harvard, publicó un estudio con una idea aún más audaz. Loeb enfatizó en el informe que el objeto no tiene cola de cometa y los datos muestran que es inusualmente brillante y tiene al menos 10 veces la reflectividad de los asteroides del sistema solar. Lo cuál hizo que llegara a la conclusión de que Omuamua fue una sonda envíada por una civilización extraterrestre o los restos de algún artefacto o nave.
Para que nuestra civilización madure, necesitamos encontrar a otros. Además, yo busco inteligencia en el espacio porque a menudo no la encuentro aquí en la Tierra.- Abi Loeb en entrevista para la BBC.
Esto generó mucha controversia, pero Avi Loeb mantuvo su postura e incluso publicó un libro en el que explica su teoría al público general: "Extraterrestre: la humanidad ante el primer signo de vida inteligente más allá de la Tierra". Incluso afirma que muchos niegan esto debido a que la búsqueda de vida extraterrestre afectaría significativamente a la humanidad y cambiaría la forma en que pensamos sobre nuestro lugar en el universo, nuestra búsqueda del espacio, nuestras relaciones entre nosotros, nuestras relaciones internacionales, porque nos daremos cuenta de que todos somos parte de la raza humana y que hay otros.
El descubrimiento de Oumuamua ha despertado un gran interés y debate dentro de la comunidad científica, lo que ha llevado a mayores esfuerzos para buscar y estudiar otros objetos interestelares. Sus propiedades únicas y los misterios que rodean su origen continúan inspirando investigaciones y especulaciones sobre la naturaleza de dichos objetos y sus implicaciones para nuestra comprensión del universo.
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