La martucha, mico de noche o mico león (Potos flavus), también llamada kinkajú, es un mamífero arborícola de la familia Procyonidae.
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Su cuerpo mide entre 40 y 60 cm, con cola prensil de igual o mayor longitud, que utiliza para aferrarse a las ramas de los árboles mientras se desplaza. Su peso oscila entre 1.5 y 4 kg, y posee pelaje denso y suave de color marrón dorado o amarillento, lo que le proporciona un excelente camuflaje en su entorno selvático.
El rostro es corto y redondeado, con grandes ojos adaptados a la visión nocturna, lo que le permite moverse con facilidad en la oscuridad, sus orejas son pequeñas y redondeadas, adaptadas a su entorno arbóreo.
Una de las características distintivas de Potos flavus es su larga lengua, que puede medir entre 10 y 13 cm. Esta lengua es pegajosa, lo que le facilita la recolección de néctar de las flores y la captura de insectos, un aspecto importante de su dieta.
Las extremidades de la martucha están adaptadas para trepar. Sus patas son cortas y robustas, con garras curvas y afiladas que le permiten agarrarse con firmeza a las ramas. Estas garras también le permiten manipular frutas y otros alimentos.
Este animal habita en selvas tropicales y subtropicales de América Central y del Sur, desde el sur de México hasta Brasil y el norte de Bolivia. Es estrictamente arborícola, lo que significa que rara vez baja al suelo. Se desplaza con agilidad entre los árboles, utilizando su cola como un quinto miembro para sostenerse y equilibrarse. Prefiere áreas densas en vegetación, donde encuentra una fuente abundante de alimento.
La martucha es principalmente frugívora, es decir, su dieta está compuesta mayormente de frutas. No obstante, también consume néctar, insectos y pequeños vertebrados. Al alimentarse de néctar, actúa como polinizador, desempeñando un papel clave en la reproducción de ciertas plantas tropicales. Además, al consumir frutas y dispersar sus semillas, contribuye a la regeneración de los bosques.
Su estado de conservación, según la UICN, es de "preocupación menor". Sin embargo, enfrenta amenazas como la pérdida de hábitat debido a la deforestación y fragmentación de los bosques. También es ocasionalmente capturada para el comercio de mascotas, aunque su naturaleza nocturna y arborícola dificulta su mantenimiento en cautiverio.
MVZ ESPECIALISTA ELSA DIÉGUEZ B.
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