Una empresa de tecnología y exploración oceánica espera comenzar una nueva era de presencia submarina continua, con un hábitat impreso en 3D para que los científicos exploren y estudien los océanos del mundo.
La compañía se llama Deep, y su líder dice que su misión es hacer que la exploración oceánica sea tan omnipresente, como lo es hoy la exploración terrestre.
"Intentamos mejorar la capacidad submarina de los seres humanos y para ello estamos construyendo una plataforma integrada. Lo que pretendemos es que las personas puedan estar a profundidades de hasta 200 metros durante al menos un mes. Y lo que tratamos de hacer es ganar tiempo, aumentar la productividad, para que la ciencia, la investigación y otras actividades críticas que tienen lugar en el lecho marino se desarrollen de forma más fluida y segura"
-Sean Wolpert, Presidente de Deep
El diseño del hábitat Sentinel de la empresa DEEP, permitirá vivir cómodamente a los científicos a grandes profundidades, con un sistema diseñado para facilitar la movilidad de equipos de seis personas, cada uno con su propio dormitorio. Con 6,2 m de ancho y 17 m de largo, cada módulo será de metal impreso en 3D por seis robots que trabajarán juntos para terminarlo, en un plazo de 90 días.
"Todo el mundo está centrado en ir al espacio, pero tenemos este maravilloso mundo alienígena en el océano, un mundo que está totalmente poco explorado. Es más probable que encontremos una cura para una enfermedad neurodegenerativa o cáncer en nuestros océanos, no en ningún otro lugar del espacio. Entonces, este es el mundo que debemos explorar primero, antes de que estemos tan ansiosos por salir de él"
-Sean Wolpert, Presidente de Deep
Sin duda este proyecto de la empresa Deep apunta a una misión multigeneracional para convertir a los seres humanos en acuáticos, y cambiar la forma en la que exploramos los océanos. Todo ello con la esperanza de dar respuesta a algunos de los problemas más urgentes a los que se enfrenta la humanidad, incluidos el cambio climático y la pérdida de biodiversidad.
Por Eduardo Torres
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