Aunque vayas de vacaciones a Rusia, nunca podrás visitar la ciudad de Mezhgorye, pues por más que te acerques sólo verás puestos de control en cualquiera de las entradas a esta ciudad con poco más de 20 mil habitantes. Mezhgorye es una de las últimas ciudades cerradas rusas creadas por la Unión Soviética en los años 40 con fines políticos, peor también es la entrada a un secreto aún mayor que se extiende kilómetros bajo tierra.
Desde hace años atrás y hasta el presente la entrada de extranjeros a estas ciudades está rigurosamente prohibida, pues para acceder a ellas se necesita un permiso especial emitido por el gobierno y la embajada rusa, que de ser concedido, aún así, los accesos a la ciudad son vigilados por tropas del ejército.
En la parte más meridional de la cordillera de los Urales se encuentra el Monte Yamantau, un lugar rocoso abundante en cuarzo de más de 1000 metros de altura. Su nombre significa literalmente “Montaña maligna” y la razón de este nombre aún se desconoce.
En los años 70, el gobierno soviético comenzó varias excavaciones en Yamantau. Al principio se creía que eran minas, pronto las supuestas explotaciones de mineral se veían vigiladas todo el tiempo por grupos militares, lo que comenzó a llamar la atención fuera de Rusia hasta el año 1996.
De hecho en un reportaje del reconocido diario The New York Times se hablaba de una base subterránea masiva en la que trabajaban 30 mil personas y a la que llegaban varias vías de tren. Aunque el gobierno ruso desmentía todos los rumores diciendo que estas excavaciones tenían como objeto construir un búnker para almacenar reservas de ropa y alimentos a los que recurrir en caso de alguna catástrofe humanitaria o que se estaban construyendo plantas de tratamiento de agua para preservar el medio ambiente.
En la actualidad, no existe ningún dato sobre qué hay bajo el Monte Yamantau. Se ha llegado a especular que los rusos han excavado allí una ciudad subterránea con capacidad de resguardar a 60 mil personas. Las hipótesis más moderadas apuntan a que se trata de un refugio para altos mandos rusos en caso de un conflicto nuclear. Sin embargo, la mayor parte de hipótesis apuntan a que el complejo es un silo de misiles balísticos intercontinentales que forma parte del sistema Perimeter, también conocido como La Mano Muerta (Dead Hand). Perimeter era un sistema automatizado de lanzamiento de misiles pensado para contraatacar incluso aunque no quedara nadie vivo en Rusia para apretar el famoso botón rojo.
Así que no es una buena idea planear una visita a la ciudad de Mezhgorye ni al Monte Yamantau, ya que de manera oficial sólo se puede subir hasta la menor de las dos cimas del Yamantau, conocida como Mashaki, y siempre a través de un sendero muy delimitado incluso está zona también cerrada al tráfico aéreo.
En la cima del Yamantau, un busto de Lenin es el único testigo mudo del misterio tras uno de los lugares más fascinantes e inaccesibles del planeta.
Por Ilse Roldán
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