Luces en la noche,
el ganado muere,
misterio gris.
Cuando comencé a investigar el fenómeno de la llamada "cosecha alienígena", lo hice desde una postura escéptica. La idea de que seres de otros mundos pudieran recolectar recursos, humanos o materiales, en nuestro planeta parecía más una fantasía digna de la ciencia ficción que una hipótesis seria. Pero conforme fui adentrándome en el tema, analizando casos documentados, descubrí que esta narrativa, real o no, es mucho más compleja de lo que aparenta.
Mutilaciones de ganado: Una pieza clave del rompecabezas
Uno de los aspectos más perturbadores de este fenómeno son las mutilaciones de ganado. A lo largo de los años, cientos de rancheros en todo el mundo han reportado casos de animales encontrados muertos en circunstancias inexplicables: cortes quirúrgicamente precisos, órganos extraídos con técnicas avanzadas y una ausencia total de sangre.
Recuerdo un caso particular en Nuevo México, donde un ranchero mostró los restos de un toro joven. Su lengua había sido removida por completo, al igual que parte de su mandíbula inferior. El área donde fue encontrado estaba limpia, sin rastros de sangre ni señales de depredadores. "Esto no lo hizo un animal", dijo. "Ni siquiera un humano con el mejor equipo quirúrgico podría hacerlo aquí, en medio de la nada".
La precisión de estos procedimientos plantea preguntas inquietantes. ¿Quién o qué podría estar detrás de estas mutilaciones? ¿Y por qué enfocarse en el ganado? Algunos teóricos sugieren que los órganos extraídos podrían ser utilizados para experimentos genéticos, mientras que otros argumentan que estas entidades están recolectando material biológico para propósitos que todavía no entendemos.
Abducciones humanas: Un patrón recurrente
Las mutilaciones de ganado son solo una parte de esta supuesta cosecha. En algunas entrevistas entrevistas con personas que afirman haber sido abducidas, se encontraron patrones consistentes que no pueden ser ignorados. Muchas de estas personas describen experiencias traumáticas: luces brillantes, parálisis, la sensación de ser transportados a algún lugar y sometidos a procedimientos médicos.
María Lecrec una científica y microbióloga respetada en Francia, relató su experiencia con una calma que solo podía provenir de alguien que había aceptado su propia incredulidad. Según ella, fue llevada a bordo de una nave donde le mostraron un mapa de la Tierra. En ese mapa, nuestro planeta estaba marcado como un "punto de recolección". "Nos ven como ganado", me dijo. "Estamos aquí para servir a un propósito que no entendemos".
Personas de diferentes culturas, que nunca se han conocido, describen procedimientos similares: la extracción de óvulos, esperma y material genético. Aunque algunos podrían argumentar que esto es un fenómeno psicológico colectivo, los detalles coinciden con una precisión que desafía las explicaciones simples.
¿Qué buscan realmente?
La gran pregunta que surge de estas historias es: ¿qué buscan los extraterrestres? Si tienen la capacidad de viajar entre las estrellas, ¿por qué necesitarían recolectar recursos en un planeta lleno de vida consciente?
Una teoría fascinante, aunque inquietante, es que no buscan únicamente recursos materiales. Algunos sugieren que los alienígenas están interesados en nuestra energía emocional. Dentro de mi fascinación por este tema, encontré relatos de personas que creen que estas entidades se alimentan de emociones humanas, particularmente del miedo. Es una idea que, aunque suena fantástica, resuena con conceptos de la física moderna que apenas comenzamos a comprender.
Otra posibilidad es que lo que buscan no es físico ni emocional, sino espiritual. Algunos contactados describen la "cosecha" como un proceso natural de evolución, donde las almas humanas son recolectadas para trascender a un nivel superior de existencia. Aunque esto se acerca más a la mística que a la ciencia, es un concepto que vale la pena considerar en el contexto de un universo donde todavía entendemos muy poco.
La incómoda realidad de lo desconocido
Independientemente de si la "cosecha alienígena" es real o un mito moderno, no podemos ignorar lo que estas historias revelan sobre nosotros mismos. Reflejan nuestros temores más profundos: la pérdida de control, la explotación y la vulnerabilidad frente a lo desconocido. También nos confrontan con una verdad incómoda: sabemos muy poco sobre el universo que habitamos y sobre quiénes podrían estar observándonos.
POR: MARCIANO DOVALINA
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