Starship lanzó exitosamente su supercohete el 6 de junio a la órbita de la Tierra. Pensando en los ensayos posteriores, Elon Musk confiesa su optimismo para que los astronautas viajen a la Luna y Marte sin problemas. A los esfuerzos de SpaceX se sumó el proyecto de generar un ascensor que opere para el 2050, concepto de la Corporación Obayashi.
Según el desarrollo tecnológico actual los humanos podrían llegar a Marte en seis u ocho meses; con el proyecto del ascensor el tiempo de viaje se acortaría hasta en 40 días. Según la corporación japonesa, el proyecto empezaría a desarrollarse desde el 2025 y operaría dentro de 25 años, es decir, en el 2050, con un presupuesto de $100.000 millones, 10 veces más que lo invertido en el James Webb
Los proyectos de asceonsores espaciales se consideran como una alternativa a los cohetes, muchas veces destinados a explotar antes de salir de la atmósfera. Con la dureza de un elevador, se podría llevar carga útil a las estaciones espaciales e, incluso, acercarnos en la medida de lo posible a las órbitas de la Luna, Marte y Júpiter.
El material a emplear para la correa del ascensor, es el problema principal, lo que impide avanzar a otra fase. La primera opción será construir el cable con nanotubos de carbono, una especie de grafito, material con el que se fabrican los lápices. Obayashi ya realiza experimentos en colaboración con la Universidad de Shizuoka y otras instituciones. Para ello, están utilizando las instalaciones expuestas del módulo experimental japonés Kibo (deseo), un componente de la Estación Espacial Internacional (ISS), lo cual determinará la durabilidad del material en el entorno espacial.
Obayashi dejó conocer que para diseñar la megaestructura: "En la Tierra, un puerto terrestre (el punto de llegada y salida del ascensor) flota en el mar del ecuador, mientras que se colocará una terminal en una órbita geoestacionaria a unos 36.000 kilómetros sobre la Tierra".
Elon Musk continúa con el proyecto de enviar cohetes al espacio, pero él mismo sabe que existen variantes interesantes. Cuando los llamados 'rockets' contactan con la atmósfera, no soportan la fricción y se queman, salvo excepciones. El ascensor espacial solucionaría la problemática con módulos impulsados por energía solar, lo que reduce costos y protege el medioambiente. A 155 kilómetros por hora, iría más lento a las afueras del planeta, pero aumentaría la seguridad de la carga depositada en vehículos electromagnéticos o escaladores.
Una de las partes más ambiciosas del plan incluye una estación a 36.000 kilómetros de la Tierra. A través de los años, la correa se extendería hasta los 57.000 kilómetros de nosotros, acercándonos a Marte. Pero esto no acaba allí: si se mejora, los tubos del ascensor alcanzarían los 96.000 kilómetros, apuntando a Júpiter como destino.
El interior de la estación tendrá un entorno ingrávido, los visitantes podrán disfrutar moviéndose en gravedad cero", dicen los expertos de Obayashi. Manifiestan que cualquier humano, algún día, disfrutará de la misma experiencia de los astronautas en la Estación Espacial Internacional.
El ascensor de nanotubos de carbono daría origen a la era del turismo espacial
Uno de los principales beneficios de un ascensor espacial para turistas es la disminución de los costos. Los viajes espaciales tradicionales son extremadamente caros debido a los altos costos asociados con el lanzamiento de cohetes
Con un ascensor espacial, el costo por kilogramo de carga útil podría ser mucho más bajo. Además de la reducción de gastos, un ascensor espacial ofrecería un medio de transporte más cómodo y accesible. A diferencia de la intensa aceleración y las fuerzas gravitatorias experimentadas durante el lanzamiento de un cohete, un ascensor espacial proporcionaría un ascenso gradual, asegurando un viaje más suave y placentero para los pasajeros.
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