El kakapo (Strigops habroptilus) es una especie de loro nocturno originaria de Nueva Zelanda, conocida por ser el único loro no volador del mundo. Esta ave es especialmente notable debido a sus características únicas y a su historia de conservación, ya que durante un siglo se creyó que estaba extinta.
Este extraordinario animal es un símbolo de resiliencia en el reino animal. Su historia, desde ser considerada una especie extinta durante un siglo hasta su redescubrimiento y la creciente esperanza de su conservación, destaca la importancia de la intervención humana en la protección de especies amenazadas.
El kakapo es un psitaciforme, lo que significa que tiene un pico curvado y plumaje llamativo. A pesar de estas características coloridas, su vida es mayormente solitaria y nocturna, lo que lo hace aún más difícil de detectar en la naturaleza.
Una de las particularidades más destacadas del kakapo es su imposibilidad de volar. Esto se debe a que tiene alas pequeñas en relación con su cuerpo, un rasgo que evolucionó debido a la ausencia de depredadores naturales en Nueva Zelanda antes de la llegada de los humanos. En lugar de volar, el kakapo usa sus alas para mantener el equilibrio mientras se desplaza caminando o trepando por los árboles. Este loro es también uno de los más pesados del mundo, con un peso promedio de 3 a 4 kilogramos en los adultos.
El kakapo es una de las aves más longevas, pudiendo vivir hasta más de 60 años en condiciones naturales. Su dieta es herbívora, basada principalmente en frutas, semillas, hojas y flores. Durante la temporada de reproducción, el kakapo sigue un comportamiento peculiar conocido como "lek", en el cual los machos se congregan en áreas especiales para emitir sonidos profundos y atraer a las hembras. Estos sonidos pueden viajar largas distancias, lo que facilita el encuentro entre individuos en la densa vegetación.
En la historia moderna, el kakapo ha enfrentado una serie de amenazas devastadoras, particularmente a partir de la introducción de depredadores como ratas, gatos y hurones a Nueva Zelanda. Al no poder volar, estas aves se convirtieron en presas fáciles, lo que llevó a una drástica reducción de su población. Para la década de 1970, solo quedaban unos pocos ejemplares en estado salvaje, lo que llevó a la creencia de que la especie estaba al borde de la extinción.
El redescubrimiento del kakapo en 1990 fue un hito importante para la comunidad científica, aunque el primer espécimen hallado estaba muerto. Este hallazgo se produjo en la región de Queensland, Australia, lo que sorprendió a los investigadores, quienes inicialmente creían que esta especie solo habitaba en Nueva Zelanda. Sin embargo, no fue hasta 2013 cuando se descubrió una pequeña población de kakapos vivos en el suroeste de Queensland, lo que renovó las esperanzas para su conservación.
Recientemente, guardabosques y científicos indígenas de la comunidad de Ngururrpa, en el Gran Desierto Arenoso de Australia, descubrieron una población de aproximadamente 50 kakapos. Este hallazgo ha sido fundamental para los esfuerzos de conservación de la especie, que sigue siendo una de las aves más amenazadas del mundo. Según Clifford Sunfly, uno de los guardabosques involucrados en la investigación, el equipo ha estado buscando kakapos desde 2019 y lograron encontrar evidencia de su presencia en áreas donde anteriormente no se habían avistado.
El kakapo sigue clasificado como una especie en peligro crítico de extinción, pero los esfuerzos de conservación, incluyendo programas de cría en cautiverio y la protección de su hábitat, han permitido que la población crezca lentamente. A pesar de los desafíos, las iniciativas para salvar al kakapo han mostrado resultados prometedores, lo que sugiere que la especie tiene una oportunidad de recuperarse si se mantienen los esfuerzos de protección.
MVZ ESPECIALISTA ELSA DIÉGUEZ B.
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