Los océanos son uno de los mayores misterios que existen en el mundo. A pesar de que cubren dos tercios de nuestro planeta, la humanidad no ha terminado de explorar sus vastas aguas. Incluso hoy en día se sabe más de la luna que de los océanos, debido a su extensión y profundidad que impide a la tecnología actual llegar. Los mares y la vida que albergan son fundamentales para el desarrollo de la tierra, son los mayores productores de oxígeno, los encargados de regular el clima global y además se encargan de absorber las emisiones de carbono.
Son tan misteriosos que existen increíbles historias desde tiempos remotos de lugares impresionantes que dejarían a varios perplejos. Varios de estos lugares son conocidos en la actualidad por sus fascinantes peculiaridades, ya que muchos de estos puntos en los océanos parecen imposibles de existir o completamente de otro planeta. Como es el caso de las cataratas submarinas de Mauricio en África.
Las cataratas submarinas de Mauricio situadas al este de Madagascar, en realidad son una ilusión óptica que solo puede ser apreciada desde las alturas. Los sedimentos de lodo, arcilla y arena caen al abismo del océano empujado por las corrientes marinas creando una “cascada” bajo el agua. Es un suceso impresionante debido a que las aguas del océano Índico tienen distintos tonos de azul y verde, que lo hacen un deleite a la vista.
Los océanos de la tierra están divididos por distintas corrientes que al final se conectan en distintos puntos del planeta. El punto exacto en enlazar el océano Atlántico, Índico y Pacífico se llama: Circumpolar Antártica.También es la corriente formada más intensa y esa conexión, que va con las manecillas del reloj, lleva una variedad de nutrientes indispensables para la vida tanto animal como vegetal y fertiliza las cuencas oceánicas a su paso.
Otra maravilla que el océano alberga es el gran agujero azul de Belice, como su nombre lo dice se encuentra en Belice, en Centroamérica. Es un fenómeno que se remonta a doce mil años atrás cuando el Mar Caribe estaba llenó de cuevas mineras, después de la glaciación el nivel del mar subió. Incrementando la presión dentro de las cuevas lo que llevó al rompimiento del techo de las cavernas dejando un orificio de trescientos metros de ancho y más de cien de profundidad. Este agujero cuenta con una formación de estalactitas en el fondo llamada “La Catedral”.
Un fenómeno más a la vista es la gran barrera de coral de Australia que se extiende a más de 2600 kilómetros de distancia sobre la costa. Es el ser vivo más grande del mundo, ya que consiste en colonias de coral que se han acumulado a lo largo de miles de años, creando un ecosistema natural único que coexiste con una de las mayores concentraciones de diversidad biológica conocida. La contaminación, el desarrollo costero y la pesca ilegal destruyen este impresionante ecosistema frágil. El gobierno australiano ha anunciado ahora un tercer blanqueamiento de la barrera y se necesita urgentemente una acción global para detener la desaparición de esta joya natural.
En las Bahamas existe una isla dividida en dos llamada Eleuthera en dónde ocurre un evento majestuoso. El mar Caribe y el océano Atlántico se juntan alrededor de está isla. Con 180 kilómetros de longitud, es una barrera natural entre los dos mares. El agua oscura del Atlántico choca de frente con el mar cristalino del Caribe. El Glass Window Bridge es un puente entre ambas partes de la isla, hace unos años, la formación rocosa sirvió como puente natural, aunque el choque de enormes olas, agua de mar y huracanes finalmente provocaron su colapso.
Una maravilla ciertamente observable ocurre en Hawaii, y se trata del volcán con mayor longitud en el planeta, es incluso más alto que el Everest. Sin embargo solo se pueden ver 4.500 metros, debido a que el resto se encuentra debajo del mar Pácifico. El volcán Mauna Kea tiene una longitud total de 10,000 metros, situado en la base de la fosa Marianas. Aún no ha hecho erupción y existe la posibilidad de que aumente debido a la actividad geotérmica.
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