Las inusuales lluvias torrenciales que azotaron Dubái y otras partes de los Emiratos Árabes Unidos el miércoles desencadenaron una crisis sin precedentes en la región. Con un récord de 254 milímetros de lluvia, equivalente a dos años de precipitación normal, las inundaciones paralizaron las modernas autopistas de seis carriles y sumieron al aeropuerto de Dubái, el más transitado del mundo, en el caos.
Se cree que las fuertes inundaciones fueron creadas a raíz de una siembra de nubes que salió de control. Este método ha sido explorado desde hace algunas décadas, sin embargo nunca ha tenido un verdadero éxito. Esto no ha impedido que países como China y los Emiratos Árabes traten de modificar el clima.
La siembra de nubes es un método en el que se ayuda a la atmósfera a condensar el agua del ambiente con partículas de plata que ayuda a propiciar la creación de nubes. Sin embargo, no es muy preciso poder determinar el éxito de esta siembra de nubes.
La policía informó que las inundaciones causaron un trágico fallecimiento en Ras Al Jaimah, agravando aún más la situación. Los medios oficiales confirmaron que estas lluvias marcaron el mayor evento meteorológico desde 1949, subrayando la magnitud de la situación.
Las autoridades emitieron advertencias a los pasajeros para que eviten viajar hacia el aeropuerto de Dubái, a menos que sea absolutamente necesario, debido a los retrasos y desvíos de vuelos. Además, la tormenta afectó gravemente a Omán, donde dejó 18 muertos antes de azotar los Emiratos y Baréin.
La climatóloga Friederike Otto, especialista en evaluar el impacto del cambio climático en fenómenos meteorológicos extremos, subrayó que el calentamiento global probablemente exacerbó las condiciones de esta tormenta. Sus comentarios resaltan la necesidad urgente de abordar el cambio climático y prepararse para eventos climáticos cada vez más intensos en el futuro.
Por Rebeca Téllez
@becky.tellez
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