El mundo del sonido es vasto y lleno de matices que escapan a nuestra percepción consciente. Uno de los conceptos más fascinantes en este campo es el "Sonido 13", una idea que desafía las convenciones de la música tradicional y nos invita a explorar los límites del oído humano.
El término "Sonido 13" fue acuñado por el compositor y teórico mexicano Julián Carrillo en el siglo XX. Carrillo, pionero en la experimentación con microtonos, propuso un sistema musical que dividía la octava en más de los doce tonos que son comunes en la música occidental. Su propuesta incluía hasta 96 divisiones de la octava, permitiendo la creación de notas que se encuentran en los intersticios entre los tonos conocidos.
Este enfoque microtonal iba más allá de las fronteras de la música tradicional, explorando sonidos que, aunque técnicamente audibles, se perciben de manera muy diferente para el oído humano acostumbrado a los doce tonos convencionales. Carrillo llamó a este nuevo sistema "Sonido 13" para destacar el paso al "decimotercer" tono, más allá de los doce tonos estándar.
La idea de sonidos inaudibles para el oído humano también está estrechamente relacionada con los estudios de Carrillo. Los humanos típicamente pueden escuchar frecuencias entre 20 Hz y 20,000 Hz. Sin embargo, existen sonidos por debajo (infrasonido) y por encima (ultrasonido) de este rango que, aunque no percibidos conscientemente, tienen efectos profundos en nosotros y en el entorno.
Por ejemplo, los infrasonidos, que están por debajo de los 20 Hz, pueden causar sensaciones de ansiedad o malestar, aunque no sean detectados directamente por nuestros oídos. Estos sonidos son producidos por fenómenos naturales como terremotos o tormentas, y también pueden ser generados por maquinaria industrial. En el extremo opuesto, los ultrasonidos, que exceden los 20,000 Hz, son utilizados en aplicaciones tecnológicas, desde la limpieza industrial hasta las ecografías médicas.
El trabajo de Julián Carrillo con el Sonido 13 no solo influyó en la música microtonal, sino que también abrió puertas a nuevas formas de pensar sobre la percepción del sonido. Su insistencia en explorar más allá de las normas establecidas desafió a los músicos y compositores a considerar los límites de lo que podemos escuchar y cómo podemos estructurar el sonido de maneras radicalmente diferentes.
Aunque el Sonido 13 y los sonidos inaudibles pueden parecer esotéricos, ambos conceptos nos recuerdan que el universo del sonido es mucho más amplio de lo que nuestra percepción consciente puede captar. El trabajo de Carrillo es un testimonio de la capacidad humana para innovar y ampliar las fronteras del arte y la ciencia, invitándonos a escuchar no solo con nuestros oídos, sino con nuestra imaginación.
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