En Manitoba, Canadá, el biólogo Geoff York, en agosto de 2024, observa cómo la dieta y el hábitat de estos animales se ven afectados por el cambio climático. Esta región, cerca de la Bahía de Hudson, es uno de los lugares más amenazados por la reducción de hielo marino y la disminución de la población de osos polares.
Actualmente, quedan aproximadamente 600 osos polares en la región occidental de la Bahía de Hudson, casi la mitad de los que existían hace 40 años. Geoff York, director de investigación de Polar Bears International, alerta sobre la situación. Según su investigación más reciente, si no se reducen significativamente las emisiones de gases de efecto invernadero, esta población podría desaparecer por completo a finales de este siglo.
El cambio climático no solo está afectando a los osos polares, sino también a todo el ecosistema del Ártico. El hielo marino se derrite más temprano en el año, lo que altera el equilibrio de las especies que dependen de este entorno. La científica Julienne1 Stroeve, de la Universidad de Manitoba, explica que la desaparición del hielo marino impacta el ciclo de vida de las algas, que sirven de alimento para el plancton. A su vez, esto afecta a los peces, las ballenas beluga, las focas y, por último, a los osos polares, quienes dependen de estas especies para su supervivencia.
Geoff York señala que este fenómeno está transformando el ecosistema ártico en un entorno más similar al océano abierto del sur, donde el plancton con alto contenido de grasa que alimenta a los osos polares y las belugas está siendo reemplazado por especies de menor valor nutricional, como las medusas. Esta pérdida de grasa es un golpe directo a los animales árticos, que dependen de altos niveles de lípidos para sobrevivir en el frío extremo.
Kristin Laidre, investigadora de mamíferos marinos de la Universidad de Washington, destaca que, para vivir en el Ártico, es esencial ser capaz de acumular grandes cantidades de grasa, y los osos polares son maestros en ello. Cuando las osas polares amamantan a sus crías, la leche que producen contiene hasta un 30% de grasa, lo que les permite a los cachorros aumentar rápidamente de peso en sus primeros meses de vida. Sin embargo, Laidre advierte que menos cachorros están naciendo y sobreviviendo debido a que sus madres no pueden acumular suficiente grasa para quedar embarazadas o cuidar de ellos.
Los osos polares dependen del hielo marino para cazar focas, su principal fuente de alimento. En la Bahía de Hudson, el hielo marino desaparece de manera natural en verano, lo que provoca que los osos enfrenten periodos prolongados sin acceso a alimentos. Con el cambio climático, este período sin hielo se está alargando, lo que significa más tiempo sin comida para los osos. Como resultado, los osos pasan hambre durante meses.
Estudios recientes muestran que incluso los osos que intentan cazar en tierra, buscando caribúes o aves, no obtienen suficientes calorías para sobrevivir. De hecho, los que permanecen sin moverse tienden a conservar más energía que aquellos que cazan en tierra. En la actualidad, los osos polares en la Bahía de Hudson pasan, en promedio, un mes más en tierra que las generaciones anteriores, lo que se agrava por la escasez de alimentos.
Los datos muestran que los osos polares pueden ayunar hasta 180 días, pero más allá de ese límite, su supervivencia se ve comprometida. York y Stroeve advierten que, con el calentamiento global, los períodos sin hielo se extenderán, y si las temperaturas continúan aumentando otros 1,3 a 1,4 grados Celsius, es probable que los osos polares crucen el punto de no retorno, lo que podría llevar a la extinción de esta población en la Bahía de Hudson.
El hielo marino en el Ártico ha disminuido aproximadamente un 13% por década desde 1979. Aunque ha habido algunas excepciones con condiciones inusuales, los investigadores señalan que estos respiros son temporales. Un estudio reciente de Stroeve y York proyecta que, si las tendencias actuales de emisiones de carbono continúan, el calentamiento global alcanzará niveles que harán que los osos polares ya no puedan sobrevivir en estas condiciones.
El cambio climático no solo afecta a los osos polares, sino también a otras especies clave del Ártico, como los copépodos, pequeños organismos que forman la base de la cadena alimentaria. Estos pequeños crustáceos están perdiendo su valor nutricional debido a los cambios en el ecosistema, lo que afecta a las ballenas de Groenlandia y otras especies.
El futuro del Ártico está en juego, y con él, la supervivencia de los osos polares y el delicado equilibrio del ecosistema polar.
MVZ ESPECIALISTA ELSA DIÉGUEZ B.
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