El espacio es un lugar vasto y misterioso lleno de fenómenos que desafían nuestra comprensión y despiertan la curiosidad de exploradores y científicos. En este vacío casi absoluto donde las leyes de la física cambian, la hostilidad parece ser la norma y los astronautas descubren un lado inesperado y profundamente humano: el olor del espacio. La experiencia sensorial única de regresar de una caminata espacial plantea preguntas sobre cómo algo tan invisible podría existir en un entorno aparentemente desprovisto de aire u olor.
Después de que los astronautas regresaron a la nave espacial y se quitaron los cascos, informaron que un olor penetraba en sus trajes espaciales. El veterano astronauta Dominic "Tony" Antonelli lo describió como un olor completamente único, mientras que otros lo comparan con olores familiares pero extraños: metal caliente, carne quemada o pólvora gastada. El astronauta británico y autor de Why Space Smells Like a Barbecue, Tim Peake, explica que el aroma le recuerda a las salchichas asadas al carbón o a la electricidad estática que se siente cuando te quitas la ropa rápidamente. Aunque las descripciones varían según la percepción personal, todos coinciden en que se trata de una fragancia inconfundible que no puede replicarse completamente en la Tierra y que está llena de simbolismo.
¿De dónde proviene este peculiar olor?
La ciencia ha intentado utilizar diferentes hipótesis para desvelar los secretos del olor del espacio. Una de las ideas más aceptadas sostiene que durante los paseos espaciales, los trajes espaciales de los astronautas están expuestos a moléculas de oxígeno atómico (O), un componente altamente reactivo que se encuentra en el vacío del espacio. Cuando regresan a la nave espacial, estas moléculas pueden interactuar con el oxígeno diatómico (O2) en la atmósfera de la nave espacial para formar ozono (O3). Este compuesto puede ser el responsable del característico olor metálico y ligeramente quemado descrito por el astronauta.
Otra hipótesis apunta a los hidrocarburos aromáticos policíclicos (PAH, por sus siglas en inglés), compuestos orgánicos formados durante explosiones estelares y ubicados en el espacio interestelar. Estos compuestos, similares a los que se encuentran en el petróleo y el carbón, pueden adherirse a la superficie del traje mientras camina, emitiendo un olor que recuerda a productos quemados o metálicos. Aunque ambas teorías tienen sus méritos, los científicos continúan realizando investigaciones para comprender mejor el fenómeno y encontrar la causa.
El aroma del espacio en la Tierra
Al darse cuenta de la importancia de preparar a los astronautas para todas las condiciones posibles, la NASA decidió replicar el olor del espacio para entrenar. En 2008, el químico Steve Pearce dirigió un proyecto para recrear el olor basándose en las descripciones de los astronautas y las sustancias químicas en el espacio. El resultado es un perfume que imita el olor del espacio y se utiliza en simulaciones previas a las misiones.
Más allá del entrenamiento espacial, esta fórmula supera al público en general. En 2020, esta fragancia se lanzó con el nombre de Eau de Space. Su finalidad educativa es acercar a las personas a la experiencia sensorial del espacio y estimular el interés por la ciencia y la exploración espacial. Posteriormente, inspirado en la superficie de la Luna, se lanzó Luna Water. Estos perfumes no sólo permiten a las masas disfrutar de una pequeña porción de espacio desde la comodidad de la tierra, sino que también conectan a las personas con el universo de una manera completamente nueva.
El ambiente olfativo en la Estación Espacial Internacional
Además del exterior, los astronautas han informado de un aroma único en el interior de la Estación Espacial Internacional (ISS). El astronauta y veterano de múltiples misiones Don Pettit dijo que el aire en la Estación Espacial Internacional huele a "talleres de máquinas, salas de máquinas y laboratorios". La fragancia es el resultado de una combinación de materiales de ingeniería, alimentos y otros elementos que se encuentran en la estación espacial, destacando cómo el entorno espacial cambia nuestras percepciones más básicas.
La importancia de los aromas en el espacio
Aunque parezca un pequeño detalle, el olor del espacio representa una conexión sensorial única con el universo. Para los astronautas, la experiencia va más allá de lo físico y se convierte en una forma de interactuar con el entorno hostil y misterioso que exploran. Además, permite a los investigadores estudiar cómo las condiciones extremas del espacio afectan la química y la percepción humana.
El olor del espacio no es sólo un objeto de interés científico, sino también una ventana a nuestra relación con el universo. Replicar este fenómeno aquí en la Tierra nos acerca a un aspecto de la exploración espacial que, si bien es intangible, es intrínsecamente humano. Combinando ciencia, experiencia y curiosidad, este misterio sensorial es un recordatorio constante de lo poco que sabemos sobre el universo y lo importante que es seguir explorándolo en todas las dimensiones.
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