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El Aumento de las Creencias Paranormales tras Desastres Naturales

Los eventos catastróficos de la naturaleza, tales como fuertes tormentas, inundaciones y fuegos en áreas boscosas, provocan cambios en el entorno físico de las zonas perjudicadas, a la vez que tienen un efecto significativo en el estado mental de los residentes. 


Últimamente, se ha notado un extraño aumento de historias sobre espíritus y experiencias sobrenaturales en zonas afectadas por desastres. Este evento nos lleva a pensar acerca de cómo el trauma psicológico y el entorno pueden impactar en las creencias sobrenaturales.


desastre

El luto y la falta que viene con los desastres naturales causan respuestas emocionales complicadas. Leslie Hartley Gise, experta en psiquiatría de desastres, dice que las personas en duelo a veces tienen visiones o escuchan cosas vinculadas a sus seres queridos fallecidos, lo que puede hacer que duden de su propia cordura. Estas vivencias son especialmente frecuentes en periodos de dificultad, tal como se observó en el Reino Unido durante los primeros meses de cuarentena por la pandemia de COVID-19, cuando la Unión Nacional de Espiritistas registró un incremento del 325% en las peticiones de membresía.


El trauma no solamente impacta en el bienestar emocional, sino que también puede ocasionar consecuencias biológicas. El estrés y el duelo causan la liberación de hormonas como el cortisol, lo cual puede resultar en dificultades para conciliar el sueño y una sobrecarga sensorial, lo que contribuye a la aparición de alucinaciones que se perciben con la misma intensidad que los recuerdos vividos. En los lugares devastados, la impresión de estar en un mundo irreal se magnifica debido al desorden y la soledad de la zona, donde las alarmas, las estructuras destruidas y la atmósfera en general generan un ambiente adecuado para vivir situaciones perturbadoras.


Asimismo, la exposición a sustancias químicas peligrosas que se liberan después de un desastre puede causar impactos en la salud mental y física. Sustancias Contaminantes como el mercurio y el arsénico tienen la posibilidad de infiltrarse en el abastecimiento de agua, dando lugar a síntomas de alucinación que dificultan el proceso de duelo. En esta situación, las comunidades impactadas pueden estar en una condición de vulnerabilidad que incrementa la creencia en lo supernatural.


Desde una perspectiva cultural, las narraciones de fantasmas han persistido a lo largo de los tiempos, no únicamente como cuentos de miedo, sino como instrumentos que promueven la unión social. Según los antropólogos Christine y Todd VanPool, el folklore sobre espíritus puede tener la función de alertar sobre riesgos, preservar el recuerdo de los fallecidos y promover la cohesión social durante situaciones de emergencia. Contar anécdotas acerca de lo sobrenatural se transforma en una estrategia de manejo que les brinda a las poblaciones la capacidad de gestionar sus sufrimientos y honrar la memoria de sus familiares. 


Se ha observado una conexión entre trauma y creencias paranormales en varias circunstancias recientes. Tras el tsunami y el accidente nuclear en Japón en 2011, surgieron nuevamente las reuniones de kaidankai, una costumbre de contar relatos de espíritus, en las que los sobrevivientes buscaban de forma activa comunicarse con sus seres queridos difuntos. Este hecho demuestra que las vivencias traumáticas pueden llevar a un incremento en la fascinación por lo paranormal, debido a que los individuos buscan consuelo y sentido en medio de la devastación. 


A medida que el cambio climático y otros desastres siguen impactando nuestras vidas, existe la posibilidad de que la creencia en fantasmas y lo paranormal aumente. Las comunidades enfrentan no solamente la destrucción física de su entorno, sino también el impacto emocional que viene con esos sucesos. En esta situación, las narraciones de espectros y los sucesos sobrenaturales podrían proporcionar una manera de enfrentar el sufrimiento, rendir homenaje a aquellos que han fallecido y reforzar la unión entre miembros de la comunidad durante períodos difíciles. 


En resumen, los eventos naturales sirven como impulsores de vivencias sobrenaturales y creencias paranormales. El trauma, la falta y el ambiente cambiado estimulan un renacimiento de historias acerca de espíritus, los cuales se convierten en un camino para gestionar la tristeza y preservar la memoria de los seres amados. Durante las crisis, las historias de fantasmas emergen como una herramienta esencial para la recuperación y la resistencia de la comunidad. 





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