El dragón chino es una criatura que ha formado parte de varias leyendas, fábulas y cuentos.
En la cultura china el rey dragón está estrechamente ligado con el dios de la meteorología y las actividades agrícolas.
A pesar de ser una criatura imponente y de características espeluznantes, los dragones nunca fueron considerados en la cultura china como un animal peligroso, al contrario, se asociaban con un animal amigable y de abundancia. Se movían por los cielos y su rugido se asemejaba al de los relámpagos. Una de sus grandes características era su posibilidad de cambiar de forma y aparecer y desaparecer a voluntad.
Los primeros escritos de esta criatura se remontan al libro llamado Zhōu Yì, en el que se afirma que los truenos y los relámpagos son creados por los dragones. En ese mismo libro se muestran las primeras ilustraciones de los dragones, que fueron vueltos a ser retratados en las dinastías Tang (618-907) y Song (960-1279) a las imágenes parecidas de los dragones que tenemos hoy en día.
Algunos historiadores creen que su origen viene con el arcoíris y una "serpiente del cielo" que se ve después de la lluvia o en las cascadas. Junto con esto se han excavado dragones de jade tallados en sitios de la cultura Hongshan, que pueden fecharse entre 4500 y 3000 a.C., mucho antes de que aparecieran registros escritos de la criatura.
Muchas personas han asociado al dragón con un mero mito, sin embargo este año se han encontrado rastros de una criatura de hace más de 240 millones de años con características muy similares a las descritas por las leyendas chinas. Su rasgo más llamativo es el cuello, cuenta con un total de 32 vértebras cervicales separadas.
Este fósil es la primera oportunidad de observar un dinosaurio oriental completo. Se trata de una especie del Triásico medio y similar a otras especies descubiertas anteriormente, como el reptil marino Tanystropeus Hydroides, que vivió en Europa y Asia.
Lo que nos lleva a preguntarnos una vez más si estos descubrimientos afirman la existencia de los dragones y no solamente queda en unas cuantas historias más.
Por Rebeca Téllez
@becky.tellez
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