En agosto de 2024, se descubrió por primera vez en Europa una colonia de Apis florea, comúnmente conocidas como abejas enanas rojas, en Malta. Este hallazgo ha generado una gran preocupación entre científicos y apicultores sobre los posibles efectos que podría tener esta especie exótica en la biodiversidad local y en las abejas melíferas nativas del continente europeo. Aunque esta especie es originaria del sur y sureste de Asia, su expansión hacia nuevos territorios, facilitada por la actividad humana y el cambio climático, está llevando a que se encuentren colonias de estas abejas en lugares inusuales, como Malta.
Características de Apis florea y su distribución
La abeja enana roja es un himenóptero que construye colonias de un solo panal, a menudo en ramas o estructuras abiertas. Originaria de países como Sri Lanka, India y Tailandia, Apis florea se ha extendido hacia Oriente Próximo y el noreste de África debido a factores antropogénicos. Su pequeña talla y baja producción de miel la hacen menos atractiva para la apicultura comercial, en comparación con la abeja melífera occidental (Apis mellifera), que es el principal polinizador agrícola en Europa.
La colonia encontrada en Malta fue identificada cerca del puerto franco de Birżebbuġa, lo que sugiere que el comercio internacional pudo haber sido el medio por el cual estas abejas llegaron accidentalmente a Europa. Según los científicos que participaron en su identificación, entre ellos el apicultor Thomas Galea, la población de Apis florea encontrada estaba formada por unas 2,000 abejas obreras y zánganos. Tras su descubrimiento, la colonia fue destruida para evitar que se extendiera a otras áreas.
Competencia y riesgo para las especies autóctonas
A pesar de que Apis florea no es una especie agresiva, su introducción en Malta representa una amenaza para la biodiversidad local. Las abejas enanas rojas no atacan directamente a otras especies, pero compiten por recursos esenciales como el néctar y el polen. Este tipo de competencia puede afectar gravemente a las abejas nativas, como Apis mellifera ruttneri, una subespecie endémica de Malta que ya se encuentra bajo presión debido a la actividad humana y a la pérdida de hábitats naturales.
La presencia de Apis florea también plantea riesgos relacionados con la transmisión de enfermedades. Estos himenópteros pueden ser vectores de patógenos como virus y ácaros que afectan tanto a las abejas domésticas como a las abejas silvestres. Se ha documentado que estas abejas son portadoras de ácaros como Euvarroa sinhai, Tropilaelaps spp., y Neocypholaelaps, los cuales pueden causar daños significativos en colonias de abejas locales
Cambio climático y expansión de especies invasoras
El cambio climático juega un papel importante en la expansión de especies invasoras como Apis florea. El aumento de las temperaturas globales y la reducción de los inviernos fríos en el sur de Europa han creado condiciones más favorables para que esta especie pueda establecerse fuera de su área de distribución tradicional. Malta, con su clima mediterráneo, es un entorno ideal para la supervivencia de estas abejas. De hecho, ya se ha observado que Apis florea prospera en condiciones similares en Israel, lo que sugiere que esta especie podría establecerse y expandirse por el sur de Europa.
Implicaciones ecológicas y control
La llegada de Apis florea a Europa es parte de un fenómeno más amplio de introducción de especies exóticas que podría tener efectos perjudiciales en los ecosistemas locales. Aunque no es comparable a otras especies invasoras más agresivas, como la avispa asiática (Vespa velutina), que depreda directamente sobre abejas melíferas, Apis florea puede competir con las especies nativas por recursos y facilitar la diseminación de enfermedades. Este es un ejemplo de cómo la globalización y el comercio internacional pueden facilitar la migración de especies a ecosistemas vulnerables.
Para evitar una invasión masiva, las autoridades locales y los apicultores en Malta ya han comenzado a monitorear la posible expansión de Apis florea. Las medidas de control incluyen la destrucción de colonias y la vigilancia constante en los puertos y zonas de alto riesgo. Los científicos también han hecho un llamado a reforzar las políticas de control de especies invasoras, no solo en Malta, sino en todo el sur de Europa.
Si bien Apis florea no representa un peligro inmediato de agresión para las abejas nativas, su introducción en Europa podría tener consecuencias ecológicas a largo plazo debido a la competencia por recursos y la diseminación de patógenos. Aunque estas abejas son pequeñas y generalmente no agresivas, su expansión podría poner en riesgo la ya vulnerable población de abejas melíferas en Malta y otras áreas del Mediterráneo. Por ahora, el monitoreo y la erradicación temprana son esenciales para mitigar los efectos de esta especie invasora en la biodiversidad local.
MVZ ESPECIALISTA: ELSA DIÉGUEZ B.
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