A mediados de la década de 1940, la serpiente arbórea marrón fue introducida accidentalmente en Guam, una isla que hasta entonces estaba libre de serpientes depredadoras, probablemente al viajar escondida en cargamentos. La presencia de esta serpiente tuvo un efecto devastador sobre la fauna local, particularmente sobre las aves nativas, y alteró gravemente el equilibrio del ecosistema de la isla.
Esta serpiente se convirtió en el nuevo depredador principal de Guam y se comió a un gran número de la comunidad de aves de la isla. Como resultado, 10 de las 12 especies de aves forestales de la isla están ahora extintas en Guam, y las dos especies de aves forestales sobrevivientes permanecen solo en poblaciones pequeñas y localizadas donde las serpientes están controladas.
Los bosques ahora silenciosos de Guam albergan actualmente alrededor de 13.000 serpientes por cada 2.5 kilómetros cuadrados.
La serpiente arbórea marrón es un depredador eficaz y adaptable, originaria de Australia, Indonesia y Papúa Nueva Guinea, donde desempeña un rol más equilibrado dentro de sus ecosistemas nativos. Sin embargo, en Guam, esta serpiente no tenía competidores naturales ni depredadores que controlaran su población. Al encontrar una abundancia de presas, como aves, lagartos y pequeños mamíferos, la población de la serpiente explotó, causando un desastre ecológico de gran magnitud.
Caprimulgus indicus https://mexico.inaturalist.org/photos/13599338
Una de las consecuencias más graves de la introducción de esta serpiente fue la desaparición casi total de las aves forestales endémicas de Guam. De las 12 especies de aves forestales que vivían en la isla, 10 se han extinguido debido a la depredación de la serpiente arbórea marrón. Estas especies de aves desempeñaban funciones clave en el ecosistema, como la dispersión de semillas y el control de insectos. Las dos especies que sobreviven, el chotacabras de Guam (Caprimulgus indicus) y el micronesio (Zosterops conspicillatus), están restringidas a áreas donde se han implementado estrictas medidas de control para mantener a la serpiente a raya. Estas pequeñas poblaciones se encuentran en sitios específicos donde se han utilizado barreras físicas y trampas para reducir la densidad de serpientes.
La extinción de tantas especies de aves ha dejado un vacío ecológico profundo en los bosques de Guam. Los ecosistemas forestales que antes vibraban con la actividad de aves, insectos y otras criaturas, ahora están casi en completo silencio. La pérdida de aves dispersoras de semillas ha afectado la regeneración de los árboles, lo que podría tener consecuencias a largo plazo para la estructura y la composición de los bosques de la isla. Además, la desaparición de los depredadores naturales de insectos ha permitido el crecimiento descontrolado de ciertas poblaciones de insectos, lo que podría alterar aún más el equilibrio ecológico.
Zosterops conspicillatus https://cdn.download.ams.birds.cornell.edu/api/v1/asset/395649931/900
La extinción de tantas especies de aves ha dejado un vacío ecológico profundo en los bosques de Guam. Los ecosistemas forestales que antes vibraban con la actividad de aves, insectos y otras criaturas, ahora están casi en completo silencio. La pérdida de aves dispersoras de semillas ha afectado la regeneración de los árboles, lo que podría tener consecuencias a largo plazo para la estructura y la composición de los bosques de la isla. Además, la desaparición de los depredadores naturales de insectos ha permitido el crecimiento descontrolado de ciertas poblaciones de insectos, lo que podría alterar aún más el equilibrio ecológico.
Actualmente, se estima que hay alrededor de 13,000 serpientes arbóreas marrones por cada 2.5 kilometros cuadrados en los bosques de Guam. Esta densa población de serpientes no solo amenaza a las aves que quedan, sino también a otras especies, como los lagartos y pequeños mamíferos. Además, la serpiente ha comenzado a afectar a los humanos, causando apagones eléctricos al trepar por los cables de suministro y provocar cortocircuitos. Esto ha llevado a costosos programas de control en toda la isla, pero los esfuerzos han tenido un éxito limitado debido a la gran cantidad de serpientes y la dificultad de eliminar una especie invasora tan bien establecida.
Los daños ecológicos causados por la serpiente arbórea marrón en Guam son un claro ejemplo de los efectos devastadores que puede tener la introducción de especies invasoras en ecosistemas insulares. Los esfuerzos de conservación, como los programas de cría en cautiverio de aves y la reintroducción de algunas especies en islas libres de serpientes cercanas, son pasos importantes hacia la recuperación, pero el camino para restaurar el equilibrio en Guam es largo y complejo. A menos que se pueda controlar o erradicar la serpiente, es poco probable que las aves nativas de Guam puedan regresar a su hogar original en la isla, y el ecosistema seguirá sufriendo las consecuencias de esta invasión.
MVZ ESPECIALISTA ELSA DIÉGUEZ B.
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