El coatí, cuyo nombre científico es Nasua narica, es un mamífero carnívoro perteneciente a la familia de los prociónidos, la misma que los mapaches. Su apariencia es inconfundible: un cuerpo alargado y ágil, con cola larga y anillada que le sirve como balance al moverse entre las ramas, y aunque no esta tan desarrollada como la de los monos, la cola del coatí le brinda un excelente equilibrio al trepar y moverse por las ramas.
Su hocico es largo y flexible, una herramienta esencial para explorar su entorno en busca de alimento. Esta adaptación le permite hurgar en grietas, hojarasca y bajo piedras para encontrar insectos, pequeños vertebrados y frutos.
Además de ser una herramienta para olfatear, el hocico del coatí es extremadamente sensible y está cubierto de vibrisas (bigotes) que le permiten percibir texturas y detectar presas ocultas bajo la hojarasca.
A pesar de ser principalmente animales terrestres, los coatíes son buenos nadadores y no dudan en cruzar ríos o arroyos para llegar a nuevas áreas de alimentación.
El coatí es un habitante de las selvas tropicales y subtropicales de América, desde el sur de Estados Unidos hasta el norte de Argentina. Su capacidad de adaptación le permite vivir en una amplia variedad de ecosistemas, desde bosques densos hasta zonas más abiertas. Es común encontrarlo en áreas cercanas a ríos y cuerpos de agua, ya que estos lugares suelen ofrecer una mayor abundancia de alimento.
Los cuatíes son animales sociales que viven en grupos matriarcales, es decir, liderados por una hembra adulta. Estos grupos, conocidos como "bandas", pueden variar en tamaño, desde unos pocos individuos hasta más de 30. Los machos adultos, por lo general, son solitarios y se unen a las bandas solo durante la época de reproducción.
Son animales muy curiosos y exploradores, lo que a veces los lleva a acercarse a los humanos.
Se comunican entre sí a través de una variedad de vocalizaciones y señales corporales.
La dieta del coatí es omnívora y oportunista. Se alimenta de una amplia variedad de alimentos, incluyendo:
Insectos: Hormigas, larvas, escarabajos y otros invertebrados son una parte importante de su dieta.
Frutas: Consumen gran variedad de frutos silvestres, lo que contribuye a la dispersión de semillas y a la regeneración de los bosques.
Huevos: No desaprovechan la oportunidad de consumir huevos de aves que anidan en el suelo o en árboles bajos.
Pequeños vertebrados: Pueden capturar y consumir pequeños mamíferos, reptiles y anfibios.
Al buscar alimento, los coatíes utilizan su sentido del olfato altamente desarrollado para detectar presas y frutos maduros. Su hocico largo y flexible les permite acceder a lugares difíciles de alcanzar para otros animales.
El coatí enfrenta diversas amenazas en su hábitat natural, como la pérdida de hábitat debido a la deforestación y la fragmentación de los bosques. Además, la caza furtiva y los conflictos con los humanos, especialmente en áreas agrícolas, representan un riesgo para sus poblaciones.
A pesar de estas amenazas, el coatí aún no está considerado en peligro de extinción a nivel global. Sin embargo, es importante implementar medidas de conservación para proteger sus hábitats y garantizar la supervivencia de esta especie en el largo plazo.
MVZ ESPECIALISTA ELSA DIÉGUEZ B.
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