El consumo de chapulines Sphenarium purpurascens, tiene profundas raíces en las culturas mesoamericanas. Los antiguos aztecas y otros grupos indígenas los consideraban un manjar, y su uso era extendido por todo el territorio.
La palabra chapulín proviene del náhuatl chapolin, que se compone de chapā (rebotar) y olli (hule), y su traducción literal es "insecto que brinca como (pelota de) hule"
Los chapulines forman parte de la historia culinaria de Oaxaca desde tiempos prehispánicos. Esta tradición se remonta a las culturas indígenas Zapoteca y Mixteca, quienes valoraban los chapulines por su abundancia y su aporte nutricional. Se recolectaban durante la temporada de lluvias y eran consumidos frescos, asados o secos, lo que permitía su conservación durante todo el año.
Los chapulines han sido un alimento nutritivo y ecológicamente sostenible en muchas culturas mesoamericanas, especialmente por su alto contenido en proteínas y otros nutrientes esenciales. Además, su cría y recolección tienen un bajo impacto ambiental comparado con otras fuentes de proteína animal. Los insectos están presentes en la dieta de los mexicanos desde tiempos ancestrales, son parte de la cultura culinaria.
Los chapulines suelen medir entre 2 y 5 cm de largo, dependiendo de la especie y el estado de desarrollo. Los adultos suelen ser de mayor tamaño en comparación con los jóvenes.
Su color varía según la especie y su entorno: Sphenarium purpurascens, por ejemplo, tiene un color que varía del marrón al verde, lo que les ayuda a camuflarse en su hábitat natural. Los tonos verdes suelen ser más prominentes en los ejemplares jóvenes.
Tienen cuerpos segmentados con tres partes principales: cabeza, tórax y abdomen. Su cuerpo está cubierto por una capa dura llamada exoesqueleto, que protege sus órganos internos.
Los chapulines tienen antenas largas y delgadas que les ayudan a detectar vibraciones y olores, los ojos son compuestos, lo que les permite tener un amplio campo de visión y detectar movimientos rápidos, la boca tiene piezas bucales masticadoras fuertes, lo que les facilita cortar y consumir hojas, su principal alimento en la naturaleza.
El cuerpo está formado por tres segmentos, y cada uno tiene un par de patas. Las patas delanteras y medias son más cortas y se usan para caminar, mientras que las patas traseras son mucho más grandes y están adaptadas para saltar.
Los chapulines, en particular Sphenarium purpurascens y otras especies comestibles, son ricos en proteínas, aminoácidos esenciales, vitaminas como la B12 y minerales como hierro y calcio. Por cada 100 gramos de chapulines, se obtiene un contenido proteico.
MVZ ESPECIALISTA ELSA DIÉGUEZ B.
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