La medusa Pelagia noctiluca, también conocida como "medusa luminiscente" o "medusa clavel", es una especie notable por sus características de bioluminiscencia y su amplia distribución en los océanos.
Pelagia noctiluca es una medusa relativamente pequeña en comparación con otras especies, con un diámetro de la campana que varía generalmente entre 10 y 12 centímetros, aunque en ocasiones puede alcanzar los 20 centímetros. Su campana tiene una forma hemisférica y está cubierta de verrugas que emiten bioluminiscencias, lo que la hace visible en la oscuridad del océano. Esta bioluminiscencia se manifiesta como un destello de luz azul o verde cuando la medusa es perturbada.
Sus tentáculos, largos y finos, pueden extenderse hasta unos 2 metros de longitud. Estos tentáculos están equipados con nematocistos, que son células urticantes utilizadas para capturar presas y para la defensa. La picadura de esta medusa puede causar dolor en los seres humanos y, en algunos casos, reacciones alérgicas.
Su color es translúcido y varía desde el rosado hasta el violeta, lo que le da una apariencia única y llamativa. La campana a menudo presenta un tono más oscuro en el centro que se aclara hacia los bordes.
Es una especie pelágica, lo que significa que vive en la columna de agua y no está asociada al fondo marino. Se encuentra en aguas cálidas y templadas de todo el mundo, pero es particularmente común en el mar Mediterráneo y el océano Atlántico, donde se observa con frecuencia cerca de la superficie. Durante el día, esta medusa tiende a permanecer en aguas más profundas para evitar la luz solar directa, y durante la noche sube a la superficie para alimentarse.
Es conocida por formar enjambres masivos en ciertas condiciones ambientales, lo que puede causar problemas para los bañistas y para la industria pesquera.
Su alimentación es notablemente oportunista. Mediante las células urticantes presentes en sus tentáculos, captura a sus presas, entre las que se encuentran crustáceos planctónicos, larvas de moluscos, así como larvas y huevos de peces.
Pelagia noctiluca juega un papel importante en el ecosistema marino, tanto como depredador como presa. Como depredador, se alimenta principalmente de plancton, incluyendo pequeños crustáceos, huevos de peces y otras larvas marinas. Sus tentáculos urticantes son eficaces para capturar estas pequeñas presas. Además, P. noctiluca sirve como presa para varias especies de peces, tortugas y aves marinas que son inmunes a sus picaduras. En particular, las tortugas laúd (Dermochelys coriacea) se alimentan casi exclusivamente de medusas, incluyendo Pelagia noctiluca, durante ciertas épocas del año.
Esta medusa también tiene un impacto indirecto en las comunidades pesqueras humanas, ya que sus enjambres masivos pueden dañar las redes de pesca y reducir las poblaciones de peces en áreas donde se concentran.
En cuanto a su estado de conservación, no se considera una especie en peligro. De hecho, se ha observado un aumento en sus poblaciones en algunas áreas, probablemente debido a factores como el cambio climático, la sobrepesca de sus depredadores naturales y el aumento de la temperatura del agua, que favorece su reproducción y supervivencia.
Aunque no enfrenta actualmente amenazas significativas, su proliferación puede ser indicativa de desequilibrios en los ecosistemas marinos. El aumento en la frecuencia e intensidad de sus enjambres puede reflejar cambios en las condiciones oceánicas, como la acidificación del océano o la disminución de especies depredadoras, lo que podría tener consecuencias a largo plazo para la biodiversidad marina.
Es una medusa fascinante y visualmente impresionante que desempeña un papel crucial en los ecosistemas marinos. Su capacidad para proliferar en diversas condiciones oceánicas y su presencia en aguas superficiales la hacen una especie de interés tanto para la ciencia como para la conservación marina.
MVZ ESPECIALISTA ELSA DIÉGUEZ B.
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