Al sur de la Ciudad de Lima, Perú, en la Pampa de San José, se encuentra una de las figuras más intrigantes del desierto peruano: la araña de las Líneas de Nasca. Esta obra maestra de la ingeniería precolombina, con sus 46 metros de largo, está formada por una serie de líneas que delinean el cuerpo de una araña con ocho patas. Su tamaño y precisión en la elaboración la convierten en un enigma fascinante.
Fue construida con la técnica de "acanalado", un proceso ancestral utilizado para crear figuras y patrones sobre la superficie del terreno mediante el uso de surcos o “canales”, de donde deriva su nombre. Este trabajo requirió una meticulosa planificación, un conocimiento profundo del terreno y un trabajo en equipo coordinado. El resultado es una construcción manual que aprovechó las características del terreno, removiendo las piedras oscuras de la superficie del desierto para revelar el suelo arenoso claro que se encuentra debajo y crear así la figura de la araña.
La figura muestra un grado notable de simetría, lo que podría indicar un diseño intencionado para representar ciertos aspectos culturales o simbólicos.
La araña era un animal importante en la cosmovisión andina, asociada con la fertilidad, la creación, la sabiduría y el tejido del destino. Posiblemente, la figura de la araña en las Líneas de Nasca esté relacionada con la constelación de Orión, el ciclo agrícola y las lluvias. También se ha sugerido un vínculo con la diosa Mama Quilla (Madre Luna) y su influencia sobre la agricultura.
Las Líneas de Nasca, en general, se consideran un calendario astronómico, un sistema de comunicación con los dioses y un espacio ritual. La araña, dentro de este contexto, podría ser un marcador de eventos celestes importantes, como solsticios o equinoccios. También podría haber servido como un lugar de peregrinación y ofrendas a las deidades.
Desde su descubrimiento en 1927, la araña ha sido objeto de estudio por parte de arqueólogos, astrónomos e historiadores. A pesar de décadas de investigación, el significado completo de las Líneas de Nasca y la araña sigue siendo un enigma. Se necesitan nuevas investigaciones, incluyendo excavaciones arqueológicas y análisis de materiales, para comprender mejor este complejo sistema simbólico. Los avances tecnológicos, como el uso de drones y fotogrametría, han permitido obtener información más precisa sobre la araña y su contexto.
La araña de las Líneas de Nasca es un patrimonio cultural invaluable del Perú. Es un testimonio de ingenio y creatividad que nos permite observar la cosmovisión de la cultura Nazca.
Esta figura es un enigma fascinante que nos invita a reflexionar sobre la sabiduría ancestral, la conexión con la naturaleza y la capacidad del ser humano para crear obras de gran belleza y significado. Más allá de su belleza estética, las figuras animales de las Líneas de Nasca parecen formar un complejo lenguaje simbólico que nos recuerda la importancia de la memoria, la preservación del patrimonio cultural y la búsqueda del conocimiento.
MAESTRA EN HISTORIA DEL ARTE: Elsa Diéguez B.
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