En el fondo del Mar Báltico, cerca de la isla sueca de Gotland, yace una extraña formación rocosa que ha despertado el interés de científicos, exploradores y aficionados a los misterios durante años. Conocida como la Anomalía del Mar Báltico, esta estructura presenta características inusuales que han dado lugar a diversas teorías sobre su origen, incluyendo la posibilidad de que se trate de un objeto extraterrestre.
En 2011, un grupo de exploradores suecos liderados por Peter Lindberg se encontraba realizando un estudio del fondo marino en el Báltico cuando detectaron una formación rocosa de forma circular, de aproximadamente 60 metros de diámetro y 20 metros de altura. La estructura, que se encuentra a unos 80 metros de profundidad, presenta una superficie lisa y bordes definidos, lo que la diferencia notablemente de las formaciones rocosas naturales de la zona.
Las características inusuales de la Anomalía del Mar Báltico han llevado a algunos a especular que podría ser un objeto artificial, posiblemente de origen extraterrestre. Esta teoría se basa en la forma circular y simétrica de la estructura, así como en la presencia de una estela de arrastre que se extiende por varios kilómetros a lo largo del fondo marino.
La estela de arrastre es una depresión en el fondo marino que se extiende desde la Anomalía en dirección suroeste. Su longitud estimada es de hasta 10 kilómetros y su profundidad de hasta 30 metros. La presencia de esta estela ha sido interpretada por algunos como evidencia de que la Anomalía se ha movido a lo largo del fondo marino, lo que reforzaría la teoría del origen artificial.
Sin embargo, la teoría del OVNI sumergido no está exenta de críticas. La comunidad científica convencional ofrece explicaciones alternativas para la Anomalía del Mar Báltico, sugiriendo que podría ser una formación geológica natural, producto de la erosión o la actividad tectónica.
A pesar de las investigaciones y análisis realizados, el origen de la Anomalía del Mar Báltico sigue siendo un misterio. La falta de evidencia concluyente ha impedido determinar con certeza si se trata de una formación natural o de un objeto artificial.
La Anomalía del Mar Báltico nos recuerda que aún hay mucho por descubrir en nuestro planeta y en el universo. La posibilidad de que existan objetos extraterrestres o fenómenos inexplicables nos invita a mantener una mente abierta y a seguir explorando los misterios que nos rodean.
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