El piquero patiazul habita en aguas tropicales y subtropicales del océano Atlántico, el océano Índico y el océano Pacífico. Se encuentra principalmente en regiones costeras y en islas tropicales, donde anida en acantilados y árboles. Esta especie de ave marina exhibe una serie de comportamientos distintivos en su vida cotidiana y ciclo reproductivo. Como aves pelágicas, se destacan por lanzarse desde el aire para atrapar peces en la superficie del agua, mostrando habilidades tanto en la caza aérea como en el buceo. Forman grandes colonias de anidación en acantilados o árboles de islas tropicales, donde suelen establecer parejas monógamas durante la temporada de reproducción. Durante este período, emplean una amplia gama de vocalizaciones para la comunicación entre individuos y durante el cortejo, contribuyendo así a la cohesión social y reproductiva de sus colonias.
Algunas poblaciones realizan migraciones estacionales en busca de mejores condiciones de alimentación. Los adultos alcanzan una longitud de aproximadamente 70-85 cm y una envergadura alar de 140-150 cm. Su plumaje es principalmente blanco con un dorso negro. Presentan patas largas de color azul y un pico largo y delgado, también de color azul. Son excelentes nadadores y buceadores, alimentándose de peces que atrapan lanzándose desde el aire al agua. Pueden vivir hasta 20 años en estado salvaje, aunque algunas aves en cautiverio han superado los 30 años.
Se distribuyen ampliamente en regiones tropicales y subtropicales del mundo, incluyendo las costas de América Central y del Sur, África occidental, el sudeste asiático y Australia. El piquero patiazul desempeña un papel importante en el ecosistema marino como depredador tope, regulando las poblaciones de peces pequeños y ayudando a mantener el equilibrio en las cadenas alimenticias marinas. Además, las colonias de anidación pueden influir en la vegetación de las islas donde anidan.
En términos generales, el piquero patiazul no se considera una especie amenazada globalmente según la Lista Roja de la UICN. Sin embargo, enfrenta algunas amenazas locales debido a la pérdida de hábitat por actividades humanas, la contaminación y la captura incidental en artes de pesca. Las poblaciones locales pueden estar bajo presión debido a estos factores, y es importante monitorear su situación para garantizar su conservación a largo plazo.
INVESTIGACIÓN: MVZ ESP. Elsa Diéguez B.
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