El delfín de río chino Yangtsé, Lipotes vexillifer, o baiji, fue una de las especies de delfines de río más raras y en peligro de extinción del mundo. Estos delfines llegaron a medir entre 1.5 y 2.5 metros de largo y pesar hasta 160 kg. Poseían una aleta dorsal pequeña y triangular, y su piel era grisácea con un tono blanquecino en la parte inferior.
Sus características físicas lo distinguían por su cuerpo aerodinámico, diseñado para nadar a velocidades de hasta 40 millas por hora. Este cetáceo de agua dulce poseía un pico alargado, que lo diferenciaba de otras especies de delfines, además de tener ojos pequeños.
A diferencia de los delfines oceánicos, el baiji tiene una visión extremadamente pobre debido a las aguas turbias del río Yangtsé, donde ha vivido durante siglos. En lugar de depender de la vista, utiliza la ecolocalización para navegar y cazar en su entorno fluvial. Este sistema sensorial, que era eficaz durante siglos, se volvió insuficiente ante la creciente contaminación acústica y ambiental del río, impidiéndole detectar las lanchas motorizadas y las redes de pesca, contribuyendo a su colapso.
El hábitat natural del delfín de río chino era el río Yangtsé, el río más largo de Asia y el tercero más grande del mundo. Sin embargo, el deterioro de su entorno ha llevado a una drástica disminución de la especie.
Este delfín era uno de los pocos delfines que vivía exclusivamente en agua dulce, lo que ya lo hacía una especie peculiar dentro de los cetáceos. A lo largo de su evolución, el Baiji logró adaptarse a las condiciones de un río dinámico y lleno de obstáculos, desarrollando una ecolocalización única y eficiente. Sin embargo, el delfín no mostró adaptaciones más avanzadas para sobrevivir a los cambios abruptos provocados por la actividad humana, como la contaminación industrial y el aumento del tráfico marino, quedándose atrás en la carrera por la supervivencia.
Su dieta consistía principalmente en peces de tamaño pequeño y mediano que se encontraban en las aguas del Yangtzé. Aunque tenía una capacidad razonable para encontrar alimento, la sobrepesca en la región redujo drásticamente las poblaciones de peces, lo que complicó aún más su subsistencia en los últimos años de su existencia. Además, al no haber desarrollado técnicas defensivas, como dientes afilados o garras, el Baiji se encontraba en una posición vulnerable ante los cambios en su ecosistema y la actividad humana.
Está catalogado como "Posiblemente Extinto". Desde 2006, no se ha confirmado ningún avistamiento en la naturaleza, y es probable que ya no existan individuos en libertad.
La extinción del Lipotes vexillifer es un recordatorio poderoso de cómo las acciones humanas pueden afectar de manera devastadora a las especies y sus hábitats. Es un ejemplo claro de lo frágil que puede ser la vida silvestre frente a la actividad industrial, la contaminación y la falta de conservación oportuna. La desaparición de este delfín no solo significa la pérdida de una especie única que había existido durante millones de años, sino también la señal de alarma sobre los ecosistemas fluviales y marinos que enfrentan presiones similares.
MVZ ESPECIALISTA ELSA DIÉGUEZ B.
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